Por consiguiente, es importante que el profesional de enfermería
comprenda, aprehenda e internalice que dicha concepción va intrínsecamente
relacionada a su accionar humano frente a la sociedad tal como lo señalan
(López y Torres, 2009b):
La praxis debe ser aprehendida como una función de la filosofía
y esta no parte de categorías, no parte de conceptos generales
y comprensivos, sino de los hombres; analiza lo que hace,
pregunta por qué lo hace, enseña a saber lo que hace. (pág.
38).
En base a lo antes descrito, se puede señalar que la praxis de
enfermería fundamenta sus principios en la axiología y el humanismo, por ello
es importante incorporar aspectos fundamentales que direccionan la actuación
de enfermería en la teoría del cuidado humano de Jean Watson, donde
sostiene la existencia de un riesgo de deshumanización en el cuidado del
paciente, debido a la restructuración de los sistemas de cuidado de salud a
nivel mundial; para lo cual ésta autora hace énfasis en el rescate del aspecto
humano, espiritual y transpersonal, aplicable en todas las funciones
(asistenciales, administrativas, educativas y de investigación) de enfermería.
Citado por (Guerrero, Meneses, De La Cruz, 2015a, pág. 131).
A partir de este precepto, se concibe que el significado ontológico de la
enfermería es sin duda otorgado desde la formación, estructurado en las
competencias del saber, del saber hacer, del convivir y del ser, los modelos
filosóficos del cuidado humano, el código deontológico y la ley del ejercicio; sin
embargo la falta de gestión del conocimiento, el capitalismo y la
comercialización de las pólizas de salud, han causado una automatización en
la forma de brindar los cuidados humanos, además de la deshumanización y
la poco practicidad de valores sociales en el ejercicio del campo de la
enfermería.
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Arbitrado
la reflexividad y el descubrir la esencia del arte de cuidar desde lo humano.