Revista Scientific Volumen 3 / Nº 9 - Agosto-Octubre 2018 | Page 353

cuidado de la vida del ser humano. La autora refiere además que el desarrollo de la vocación de la enfermería se construye por medio de los factores, condiciones y elementos que emergen desde el interior de cada persona que elige ser enfermera(o), y se concatena con el desarrollo de las habilidades y competencias para promover salud, prevenir enfermedades y brindar cuidados humanos a la persona, familia y comunidad. De modo que, cuando la vocación de ser enfermera(o), es parte de la vida, se pasa a realizar la praxis con una óptima responsabilidad social, brindando atención con calidad humana, donde más allá de la exigencia del sistema de salud, esto conlleva a reconocer el qué, el por qué y para qué de la profesión. Debido a esto, es importante destacar que la vocación centra sus propósitos en esa voz interior que conlleva a la persona a realizar acciones que se entrelazan con el ser ontológico de la profesión, y que se complementan con la formación y capacitación profesional. En términos concisos, la vocación de enfermería está ligada a la praxis que diariamente realizan éstos profesiones y que conllevan a una internalización del proceder y el accionar fundamental como razón de ser del cuidado humano. Por esta razón la vocación de enfermería pasa a ser un precepto individual, arraigado en la concepción del ser humano y complementado con los más altos estándares de formación, para asumir y ejercer una praxis cónsona con lo establecido en el ejercicio profesional. Resulta oportuno destacar que la formación del profesional de enfermería lleva consigo una serie de elementos axiológicos, teóricos y humanistas que construyen los saberes enfermeros y permiten la reflexión crítica constante del cuidado brindado, aflorando así la vocación como factor indispensable en la esencia de esa acción humana. 352 Arbitrado está enmarcado en el beneficio que le otorga la praxis de la enfermería en el