Los docentes juegan un papel fundamental en la construcción del
esquema del desarrollo integral de los adolescentes, siendo así, responsables
de conducir vidas. En otras palabras, se destaca ser un auténtico profesional
docente; conduciendo a afianzar un pensamiento más trascendente,
interactivo y reflexivo. Además, de poseer una dimensión social que se ha de
afincar sobre sus principios éticos como parte del compromiso responsable
que tiene en la reforma educativa, para revalorización del individuo. El
tratamiento por seguir se hará sobre las bases de la complejidad y
transdisciplinariedad, enfocadas o cimentada en la integridad humana.
La práctica educativa de orientarse a generar cambios drásticos que
permita el resurgimiento de nuevas prácticas de enseñanza, sin restricciones,
donde la influencia que ejerzan los docentes sobre los estudiantes sea mayor
y desencadene un verdadero progreso evolutivo como seres humanos.
Involucra repensar la manera de hacer las transferencias de los conocimientos
replanteando modelos de enseñanza. El objetivo entonces radica en fortalecer
los principios humanistas de la enseñanza para reforzar sus propios
sentimientos que permitirán, con el firme propósito que se dignifique al
individuo como sujeto que piensa, razona y siente.
La complejidad se unirá al diseño y ejecución de la práctica docente,
desde el punto de vista pedagógica, permitiendo la educación humanista,
concertando el conocimiento enseñado con lo que se ha de aprender en
actitud reflexiva y critica, sin perder la sensibilidad humana, en relaciones de
redimensionar el pensamiento, creando conciencia de orden superior para la
conducción y manejo de la propia vida, enfrentando con dialéctica el
pensamiento
para
que
vaya
evolucionado
constantemente,
en
la
desconstrucción consecuente de lo pensado para darle solución a los
problemas que se vayan suscitando en el proceso de enseñanza y
aprendizaje.
345
Arbitrado
3. Reflexiones Finales