Alcanzar el cambio paradigmático en los docentes tiene que sustentarse
en la reconstrucción transdisciplinaria, pero el ejercicio del desempeño
docente sigue manteniendo una aplicación integradora, aun cuando lo
demanda el sistema educativo formal. Los saberes no se trasmiten dentro de
la relación holística que hay en ellos, es por ello que se presentan fallas en el
proceso de enseñanza-aprendizaje. En torno a lo último reflejado, Aragoza
(2010b), señala:
Durante la praxis educativa, en los niveles de la educación
media, considero no se incluyen procesos que configuren la
humanidad entre los que integran el contexto, al verse que
entre los mismos profesores no se evidencia la integración con
la participación, cooperación, intervención e igualdad,
…obviando los fundamentos curriculares. La formación no se
propicia desde la construcción y reconstrucción de la vida, para
la vida… (pág. 135).
En el mundo educativo de los liceos, los docentes agotan su misión
formadora integral holística, y se inclinan solo en el desarrollo de contenidos,
la mayoría, ajenos a la realidad. El ejercicio docente aún se mantiene alejado
de su función holística, en tanto se ha convertido en una máquina de
reproducción de contenidos, sin un espacio real a la crítica, a la reflexión, al
análisis de nuevas experiencias y a la formación de nuevos pensamientos.
En Venezuela, el Currículo Nacional se considera un tema de
importancia en la formación integral del individuo. Por lo que resulta arduo,
plantearse una teoría educativa transformadora, acorde con las necesidades
transdisciplinarias y transcomplejas, teniendo como premisas el resguardo de
la salud sexual, la moral, la práctica y las buenas costumbres, así como el valor
del apego al núcleo familiar; proponiendo además nuevas estrategias que
permitan abrir espacios a la crítica y a la innovación del pensamiento.
La escuela se aparta el contexto social del individuo, al no formar al
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Arbitrado
2. Complejidad, Transdisciplinariedad y Transcomplejidad