Revista Scientific Volumen 3 / Nº 9 - Agosto-Octubre 2018 | Page 333

e informar tan igual como el que no la posee; es decir, que todas las personas gozan de deberes y derechos normados por leyes. Por lo que, se invita a respetarles su manera de actuar, pensar y expresar. Sin embargo, la población especial o con discapacidad presenta un nivel más elevado de riesgos relacionado al sexo o sexualidad, se hace necesario ofrecerles información sobre noviazgo, enfermedades de transmisión sexual, uso de preservativos, embarazos a temprana edad, entre otros. Si se educa esta población se tiene la certeza de abrir abanicos de oportunidades y su integración sería menos conflictiva. Ahora bien, para la formación de las personas especiales existe un agente sumamente primordial, que son los padres y los representantes como figura familiar, es importante que compartan experiencias educativas o saberes cotidianos que le puedan ayudar u orientar el manejo de la sexualidad de sus hijos; generalmente se les dificulta enfrentar los conflictos de índole sexual que atraviesan sus hijos y en especial, si es adolescentes. Se hacen renuente a ese tema tan transcendental de la vida, no consideran que sus hijos estén preparados sexualmente ni que tengan derecho de vivir una sexualidad a plenitud. Parafraseando a Gogna, Adazko, Alonso, Binstock, Fernández, Pantelides, Portnoy y Zamberlin (2005): quienes consideran que comunicar es informar y estos términos tan primordiales, deben siempre estar presentes en la familia, más cuando de sexualidad se trata; padres e hijos tienen que conversar con frecuencia, plantearse inquietudes, intereses y necesidades sin tabúes ni prejuicios. Sin duda alguna que los temas sexuales no deben faltar en las comunicaciones familiares, deben manejar o enfrentar diferentes tópicos sexuales, considerando siempre en promover el dialogo entre ellos, donde cada uno es informante del otro. 332 Arbitrado Cuando una persona posee alguna condición especial, se le debe tratar