Las Necesidades Educativas Especiales (NEE), representa una
condición que altera el ritmo de aprendizaje en los estudiantes, la misma
ocasiona conflictos escolares que requieren de atención individualizada o
específica durante su proceso escolar. Como afirman Marchesi, Coll y Palacios
(2017): este término se aplica a los alumnos/as que presentan algún problema
de aprendizaje a lo largo de su escolarización, problema que demanda una
atención más específica y más recursos educativos que los que necesitan los
compañeros de su edad.
Este término, data desde los años 70, ha sido utilizado de diferentes
formas y ocasionado diferentes polémicas, por su excesiva profundidad y poca
explicación. Del mismo modo, ha transitado por tres etapas o modelos según
la conceptualización y política de educación especial médico-religiosa o
filantrópica, medico-asistencial y el psicológico o escolar.
Una condición especial puede estar presente en las personas de
manera temporal o definitiva, todo dependerá de la condición humana que
tenga y su nivel escolar será determinado por la necesidad especial que
presente tales como: retardo mental, síndrome de down, discapacidad visual,
impedimento motor o físico, trastorno de hiperactividad, déficit de atención,
trastorno espectro autismo, trastorno del lenguaje, problemas emocionales,
dificultades de aprendizaje entre otros, las mismas puedan afectar el nivel del
escolar y su adaptación al entorno.
Los escolares que presentan NEE, y son integrados en el sistema
educación primaria, suelen padecer conflictos internos o bullying, ya que, no
son bien vistos o aceptados, tanto por sus compañeros o maestros, en
ocasiones se sienten fracasados repercutiendo en sus emociones. Los
docentes que atienden a estudiantes con condiciones especiales, de igual
forma sienten frustraciones ya que en su mayoría no poseen estrategias o
herramientas adecuadas para impartir, de igual forma consideran que la vía
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Arbitrado
aprendizajes.