social donde el ser humano interactúa con su entorno colectivo, en el marco
de la práctica holística partiendo de sus intereses de formación de sus
habilidades y destrezas, en función de fortalecer las capacidades resilientes
que le permitan confrontar todas las posibles adversidades de la cotidianidad
en la sociedad actual.
Para lo cual, la educación debe promover la práctica formativa y de
generación de aprendizaje en el ser humano como elemento fundamental del
proceso de enseñanza, con métodos y estrategias holísticas que permitan la
aprehensión de capacidades resilientes en la construcción de seres humanos
con habilidades, destrezas y capacidades para la vida.
Por lo tanto, para que los docentes generen una práctica educativa
resiliente, se debe propiciar en cada uno de ellos, un pensamiento flexible en
su relación al proceso de enseñanza-aprendizaje, en cuanto educan a seres
humanos con su complejidad, de acuerdo con (Riso, 2007, pág. 15), “La fuerza
del pensamiento flexible radica en que, a pesar de la resistencia y los
obstáculos, nos permiten inventarnos a nosotros mismos y fluir con la vida sin
lastimar ni lastimarse”.
3. Conclusiones
La Resiliencia como capacidad de los seres humanos de confrontar de
manera positiva las adversidades y crisis que ocurren en su vida personal y
académica, por ello los estudiantes deben fortalecer su habilidad de vencer
todas las limitaciones con el propósito de alcanzar el éxito en su formación.
Dentro de esta perspectiva, la Educación es considerada como el
proceso donde los estudiantes se permitan construir e intercambiar sus
saberes y conocimientos de forma holística, centrada en sus intereses y
necesidades de formación, llena de los valores humanistas más preciados en
función de moldear los ciudadanos que requiere la sociedad actual.
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Arbitrado
En concordancia, la educación debe ser considerada como un hecho