terapias con animales, respecto a la postura de éstos y su participación dentro
de los referidos procesos.
7. El animal no es un simple recurso dentro de la terapia
El primer aporte que se considera necesario hacer, guarda relación a la
concepción del animal dentro de la planificación de la terapia, es decir,
realmente el animal puede ser considerado un material o recurso más, dentro
de tal programación, como un lápiz, una almohada o una colchoneta.
Revisando algunas planificaciones de terapias asistidas para niños con
autismo y parálisis cerebral, puede verse como se cataloga al perro que
participa en la terapia como un recurso, luego del cual se enumera: comida
para perro, cepillos, colchonetas. Se estima que tal etiqueta, no sólo es
absurda ante el desarrollo de la terapia, sino que además sesga la
planificación, logrando invalidarla, y se detallará por qué:
Supóngase que se programan terapias asistidas con un perro Golden
Retriever o Labrador Dorado, la planificación debe incluir la aparición de
algunos factores que puede presentar el can, los cuales pueden ser previos y
otros pudieran producirse de manera imprevisible durante la terapia. Se
pudiera mencionar como factor previo el estrés, cansancio, sueño, o calor, lo
cual debe ser detectado por el terapeuta y no se le debe restar importancia, ya
que la condición física del animal debe ser óptima, no sólo para que la terapia
pueda ser efectiva, sino porque se trata de un ser vivo que requiere atención,
máximo cuando se está obteniendo de él un provecho económico.
La planificación debe prever algunos factores que pudieran aparecer al
momento de la terapia, relacionados con los movimientos involuntarios del
paciente, el número de pacientes, la temperatura del lugar, la exigencia física
que se le imponga al animal, cuando ha de caminar o correr como parte de la
terapia. Por ello el terapeuta, si bien debe atender al paciente como agente
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Arbitrado
Corresponde reflexionar luego de discernir sobre los beneficios de estas