Revista Scientific Volumen 3 / Nº 9 - Agosto-Octubre 2018 | Page 269

y la multidimensionalidad. Dicho paradigma busca articular, como afirma Morán (2006a): “los parcelamientos disciplinarios, quebrados por el pensamiento disgregador, a fin de construir un conocimiento multidimensional que se oponga a la supremacía de una ciencia sobre cualquier otra, a una omniracionalidad” (pág. 4). Por tal razón, el nuevo paradigma propuesto por Morín, busca la conexión y la interrelación de todos los saberes. El paradigma de la complejidad busca que se miren todas las aristas del polígono (realidad) y a su vez, vincularlas todas para la formación de un conocimiento, el cual por su misma ontología y principio será complejo. Esto lleva necesariamente al reconocimiento de todas las entidades participantes en la gestación del conocimiento, distinguiéndola pero no aislándola, sino por el contrario vinculándolas. No es necesario mutilar el conocimiento y desfigurar la realidad. De acuerdo con esto, Morín (1990c): expresa que el pensamiento complejo, “está animado por una tensión permanente entre la aspiración a un saber no parcelado, no dividido, no reduccionista, y el reconocimiento de lo inacabado e incompleto de todo conocimiento” (pág. 23). Este nuevo enfoque apunta a una nueva realidad en el mundo epistemológico: el conocimiento no es total ni definitivo, sino progresivo. En consecuencia, el conocimiento debe ser global, no es necesaria ya las divisiones fronterizas. Queda claro que la omnisciencia no es posible, sin embargo, como manifiesta Morín (1990d): “el pensamiento complejo aspira al conocimiento multidimensional… uno de los axiomas de esta propuesta epistemológica es la imposibilidad, incluso teórica, de una omnisciencia” (pág. 23). Todo esto induce a la no parcialización del conocimiento bajo ningún dogma científico o filosófico, pues hacerlo significa mutilar el conocimiento y 268 Arbitrado cosmos el valor que realmente posee: el entramado de su ser (la complejidad)