La teoría critica en definitiva quería recuperar el concepto de la razón,
por tal motivo, como nueva epistemología consideraron la necesidad de
construir en la sociedad un tipo nuevo de pensamiento que rompiera con las
viejas estructuras de la filosofía (iluminismo), este pensamiento se llamó:
pensamiento crítico, el cual es definido siguiendo a Saladino (2012): como
“todo planteamiento intelectual producto de análisis, interpretaciones y
problematizaciones racionales acerca de las manifestaciones de la realidad,
sus fenómenos, situaciones e ideas, para generar cuestionamientos, juicios y
propuestas orientadas a la promoción de cambios en beneficio de la
humanidad” (pág. 1).
En consecuencia, el pensamiento crítico se transforma en el método de
la nueva perspectiva epistemológica surgidas a partir del siglo XX, pues se
busca con él “enfrentar” a la realidad, problematizarla, plantearse nuevas
cuestiones, generar propuestas de progreso, donde el ser humano se
cuestione hasta de su pensamiento, como dice Villarini (2003a): “es cierto que
otros animales piensan, sólo el ser humano puede pensar su propio
pensamiento. La metacognición es precisamente esta capacidad del
pensamiento para examinarse, criticar y ajustar el proceso de pensamiento
tanto en sus destrezas, conceptos y actitudes” (pág. 37), en otros términos, la
capacidad crítica que tiene el ser humano lo lleva a repensar su manera de
pensar, a evaluarse y examinarse a sí mismo, todo esto con el fin de que el
hombre no se quede en mitos cognitivos, sino que se transforme en un ser
emancipado, libre de ataduras y capaz de cuestionar a la realidad.
El mismo Villarini (2003b): afirma que la metacognición es la causa para
un pensamiento crítico, cuando ésta “se lleva a cabo desde cinco perspectivas
críticas, que a lo largo de la historia los seres humanos han ido creando para
examinar y evaluar el pensamiento, el pensamiento se eleva al nivel crítico”
(pág. 40), dichas perspectivas son la lógica, la sustantiva, la contextual, la
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Arbitrado
108).