(2011b): “el aprendizaje es un proceso interno, cuya base fundamental
estriba en la capacidad que tiene el individuo para asimilar y acomodar
en las estructuras cognitivas los nuevos esquemas o nuevos repertorios
de aprendizaje” (pág. 306). Por tal razón, en palabras de la autora, el
aprendizaje es un proceso íntimo, intrínseco, el cual se logra por medio
de unas estructuras cognitivas que se van adquiriendo y desarrollando
conforme el individuo aprendiz se interrelaciona con el medio ambiente
que lo rodea. En el cognitivismo el conocimiento es complejo, donde
entra en relación las capacidades internas del sujeto y el medio donde
se desenvuelve.
Una vez visto a grosso modo, el recorrido histórico que ha tenido el
problema epistemológico, pasamos a considerar el surgimiento de la teoría
crítica como una nueva forma epistemológica y cómo la misma influyó en la
necesidad de crear un pensamiento crítico dentro del sistema social y por ende
educativo.
2.2. La teoría crítica y el pensamiento crítico
La Teoría Crítica representó una ruptura epistemológica con respecto a
la ciencia y filosofía tradicional, ruptura que se dio en los ámbitos
intelectuales/académicos emblemáticos durante los primeros decenios del
siglo XX y tiene su origen en la Escuela de Fráncfort en 1924. La misma tuvo
una fuerte influencia marxista y como tal establece una crítica a las teorías
tradicionales, al capitalismo y a la dominación. Entre sus teóricos más
importantes se encuentran Horkheimer, Adorno, Habermas, Marcuse y
Gadamer, los cuales consideraron a la teoría critica como una nueva visión de
la filosofía, originariamente definida, en oposición a la filosofía y teoría
tradicional, como afirma Frankenberg (2011):
263
Arbitrado
el ser humano aprende. En la teoría cognitivista, como afirma Gudiño