La realidad de la complejidad dentro del mundo corporativo u
organizacional ha transformado la gestión de las empresas, donde lo humano
pasa a ser una de las características prioritarias a considerar. Las
organizaciones sociales o humanas se distinguen porque sus miembros
conviven siguiendo una serie de normas positivas dirigidas a la consecución
de los objetivos y otra serie de normas negativas que procuran establecer las
reglas básicas de convivencia con el fin de preservar la propia existencia de la
organización.
Asimismo, esta confluencia de factores positivos y negativos originan
una tendencia natural al desorden de las organizaciones humanas, y para
asegurar su permanencia en el tiempo debe existir un cierto grado de
sentimiento de pertenencia a la misma con exclusión de los que no son
miembros; es así, que el orgullo de pertenencia a una organización es lo que
hace que ésta no se diluya. De manera, que, para garantizar la buena salud
de una organización humana, se requiere entre otras la existencia de una
comunicación dialógica, efectiva, eficiente y eficaz, diseñada para impactar
tanto a lo interno como a lo externo.
De allí el interés de esta investigación de estudiar la comunicación
dentro de la actuación que deben tener los líderes en estos tiempos de
constantes cambios, pues van emergiendo distintos modelos de empresas
para el siglo XXI, donde a decir de Martínez (2005): “subsistirán las
organizaciones que efectivamente entiendan a la empresa como una
organización de personas y sitúen a las personas en el corazón, centro -cuore,
core- de la misma, como el activo más importante de la organización” (pág.
37); es decir, si se piensa y actúa así, entonces se estaría en presencia del
liderazgo responsable ya que hacen el esfuerzo por impulsar una organización
humana centrada en las personas, donde se sabe escuchar a la gente, toman
en cuenta el peso o importancia de las personas en y para la empresa.
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Arbitrado
1. Introducción