Resulta claro que las ideas de Rousseau en su contrato social fueron
opresión, degradación del ser humano y la falta de derechos fundamentales
del hombre comienzan a difundirse y debatirse para dar paso a un sistema
parlamentario que plasmaría en las constituciones venideras los deberes
derechos y garantías de las personas.
Por su parte, Rousseau fue amante de la libertad y la justicia social
condenó la opresión, los crímenes, la pobreza en que vivía la mayoría,
mientras la comodidad y la opulencia era una característica de los reyes. En
torno a eso Rousseau (1959b), expresa: “el hombre ha nacido libre y, sin
embargo, vive encadenado en todas partes entre cadenas” (pág. 843). Al
respecto, el músico, maestro y actor ginebrino fue un férreo amante de la
libertad sin que esta sobrepasara los derechos y deberes ciudadanos.
Por su parte, Rousseau fue defensor del derecho a la vida parte del
principio de que no hay derecho alguno para quitar la existencia de personas
que hayan sido sometidas en combate. Consideraba que era preferible
convertirlo en esclavo mientras este se libera. Por otro lado, ese planteamiento
fue acogido en la revolución francesa en la proclama sobre el primer derecho
fundamental del hombre, ese derecho es el de la vida. En igual forma, el autor
del Emilio fue amante del estado natural del ser humano y como tal amaba la
paz siguiendo a Fukuyama (1992), indica:
Rousseau postula un estado de naturaleza pacífico. Niega que
la vanidad o el amor propio sea natural en el hombre, y sostiene
que el hombre natural temeroso y solitario, es esencialmente
pacifico, porque sus pocas necesidades egoístas se satisfacen
fácilmente (pág. 345).
Como complemento, es de destacar que la paz era para Rousseau un
anhelo permanente por tratarse parte de la naturaleza humana, el hombre
nace libre y no tiene por qué vivir encadenado. El político no nace corrompido,
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apropiadas por los importantes políticos de la Europa moderna. La esclavitud,