Una mirada reflexiva a la sistematización de experiencias
Como lo podría señalar Rafael Echeverría en su postura del lenguaje
ontológico o la ontología del lenguaje desde una perspectiva latinoamericana
de abordaje investigativo a las prácticas de la enseñanza, por lo que se
considera pertinente abordar su estudio desde la sistematización de
experiencias, de manera de relevar experiencias y concepciones
heterogéneas a través de diálogos y saberes, implementadas de acuerdo con
las necesidades del contexto. La sistematización de experiencias como
proceso, se deriva de las diferentes posturas y argumentaciones de algunos
visionarios en materia teórica de Latinoamérica y que fue visualizada en un
principio como forma de abordaje y reconstrucción de experiencias de
educación popular para construir conocimiento en conjunto con los sujetos
intervinientes, tal como lo pudo haber visto Freire, Maturana y el mismo
Echeverría como elemento emancipador del hombre y como sinónimo de
libertad en sí mismo y para sí mismo. En estos momentos, esta metodología
de trabajo deja de ser exclusiva del contexto de la educación no formal para
poder ser trabajada también en ámbitos donde la educación tiene un mayor
grado de formalidad, y está más estructurada, como es el sistema educativo
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Editorial
e interacción en el aula, los estilos pedagógicos de los docentes, las formas
de enseñanza, los estilos de aprendizaje, propuestas para mejorar los
resultados académicos (Restrepo, Cubides, y Morales, 2012).
Parafraseando las posturas de Jara (2006): acerca de la sistematización
de experiencias me atrevo a señalar que mientras que en el ejercicio usual del
trabajo docente el saber sobre la transmisión no suele filtrarse en el caso de
la formación docente es su objeto central, ya que es en torno al saber sobre la
enseñanza y el trabajo docente que se estructuran los procesos de formación.
De esta forma, se sugiere como contenido propio del sistema formador, la
producción de saberes sobre la enseñanza, sobre el trabajo docente y sobre
la formación.
Tal como lo afirma Jara (2008):
Muchas veces la sistematización de experiencias es
confundida con la mera recopilación de datos o con la narración
de eventos, o aún con la producción de una informe síntesis de
una experiencia, las conceptualizaciones en torno a la
sistematización de las experiencias, han ido generando
interesantes puntos de reflexión en torno a su identidad
específica (pág. 12).