Revista Scientific Volumen 3 / Nº 7 - Febrero-Abril 2018 | Page 9

Para Hashimoto y Saavedra (2014:8), “La discusión tiene que centrarse en por qué debo o tengo que usar ese u otro método, o en el para qué debo buscar o emplear ese dato o método”. Ese es el quid del asunto, resolver esa cuestión está en el plano filosófico y no metodológico. Guba y Lincoln (2002:113), plantean: “Desde nuestra perspectiva, el uso de métodos tanto cualitativos como cuantitativos puede ser apropiado para cualquier paradigma de investigación. De hecho, las cuestiones de método son secundarias frente a las de paradigma, que definimos como el sistema básico de creencias o visión del mundo que guía al investigador ya no sólo a elegir los métodos, sino en formas que son ontológicas y epistemológicamente fundamentales”. El tema de la complementariedad metodológica transita por el dilema de la ausencia de fundamento epistemológico de base para aproximarse a la realidad. McMillan y Schumacher (2005:128-129), señalan que la investigación cuantitativa está basada en alguna forma de positivismo lógico que busca establecer cómo son las cosas evitando juicios de valor; mientras que la investigación cualitativa está basada en el construccionismo, que busca explicar cómo las personas llegan a describir, explicar o dar cuenta del mundo donde viven. Estas dos tradiciones muchas veces son vistas como antagónicas y sin posibilidades de discusión o cooperación. La propuesta de complementariedad entre los dos paradigmas puede considerarse como una opción válida en la investigación; pues cada una de las metodologías hace importantes aportes a la construcción de conocimientos. Su uso rígido, sin dudas, empobrece el proceso de búsqueda de nuevos conocimientos, al impedir incorporar al proceso investigativo las bondades que cada uno de ellos posee e impide llegar a hallazgos más 8 Editorial natural con que se describen y la interpretación del investigado”.