2.1. Aproximación a la concepción de Música
En su sentido más amplio, la música nace con el ser humano, y ya
estaba presente, según algunos estudiosos, mucho antes de la extensión del
ser humano por el planeta, Es por tanto una manifestación cultural universal.
Para Comellas, J. (2006), “se ha demostrado la íntima relación entre la especie
humana y la música, y mientras que algunas interpretaciones tradicionales
vinculaban su surgimiento a actividades intelectuales vinculadas al concepto
de lo sobrenatural” (pág. 121). Más adelante agrega el mismo autor que “para
el hombre primitivo había dos señales que evidenciaban la separación entre
vida y muerte: el movimiento y el sonido. Los ritos de vida y muerte se
desarrollan en esta doble clave. En el llamado arte prehistórico danza y canto
se funden como símbolos de la vida mientras que quietud y silencio se
conforman como símbolos de la muerte.” (pág. 127).
Puede decirse que el hombre primitivo, al igual que los habitantes
autóctonos del país, encontraba música en la naturaleza y en su propia voz.
También aprendió a valerse de rudimentarios objetos (huesos, cañas, troncos,
conchas...) para producir sonidos. Hay constancia de que hace unos 50 siglos
en sumeria ya contaban con instrumentos de percusión y cuerda (lira y arpa).
En la prehistoria aparece la música en los rituales de caza o de guerra y en las
fiestas donde, alrededor del fuego, se danzaba hasta el agotamiento. La
música está basada principalmente en ritmos y movimientos que imitan a los
animales. Las manifestaciones musicales del hombre consisten en la
exteriorización de sus sentimientos a través del sonido emanado de su propia
voz y con el fin de distinguirlo del habla que utiliza para comunicarse con otros
seres. Los primeros instrumentos fueron objetos, utensilios o el mismo cuerpo
del hombre que podían producir sonidos.
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Artículo Arbitrado
enseñanza/aprendizaje.