hombre para acercarse a su pasado histórico son el discurso literario y el
discurso histórico; ambos de carácter narrativo, sólo que uno: el discurso
histórico, relata los hechos en un sentido historiográfico, es decir, analiza e
interpreta los documentos y fuentes históricas para elaborar la narración
histórica, y el otro, el discurso literario, reconstruye y replantea ese discurso
historiográfico, formulando así sentidos alternativos para asumir la Historia. En
este sentido, hay que acentuar no sólo los aspectos que diferencian al discurso
literario del discurso histórico, sino también se busca enlazar la Literatura e
Historia, a través de las posibles relaciones de identidad que caracterizan
estas dos formas narrativas.
Se infiere de estos planteamientos que esta correspondencia entre los
discursos en cuestión, se establecen en el acto de narrar; la temporalidad y la
narración en la Literatura y en la Historia, establecen una relación de
concordancia, de correlación; puesto que el tiempo es ordenación de la
subsistencia o coexistencia de los individuos a lo largo de un período
determinado (si de tiempo cronológico se trata); la temporalidad se funda como
estilo, como ideal de vida que accede precisamente al lenguaje a través de la
narratividad, (encontrada también en la Historia), que tiene como último
referente dicha temporalidad y se desdobla en una dimensión cronológica y en
otra humana (Literatura) también o sobre todo en la Historia.
4. La Imagen Poética como fuente Lectora de la Historia.
El poeta reescribe al cosmos desde su inspiración, lo reproduce o juega
con éste desde sus creaciones poéticas, donde la palabra, el lenguaje, la
escritura misma y la Historia, se cruzan como visiones de un propósito humano
en la sociedad; en tal sentido, en este apartado se busca plasmar la
peregrinación que los poetas en cuestión hacen por la Historia desde la
Imagen Poética, de tal manera que permitan afirmar que la Imagen Poética si
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Arbitrado
Se considera que a partir de la escritura, las dos formas que tiene el