término idealismo para designar la teoría platónica en la que se exponía la
posibilidad de que el hombre sólo pudiera conocer “ideas”, objetos subjetivos
y privados de la mente humana. Desde este siglo hasta la figura de Kant (1724-
1804), con su actitud filosófica denominada Criticismo, los filósofos europeos
se circunscriben en dos grandes tradiciones epistemológicas: el Racionalismo
en el que figuran pensadores continentales como Descartes (1596-1650),
Leibniz (1646-1716) y Spinoza (1632-1677) y el Empirismo representado por
autores ingleses como Locke (1632-1704), Hume (1711-1776) y Berkeley
(1685-1753).
En la concepción racionalista del conocimiento el saber está constituido
por la razón, siendo ésta el único principio y fundamento del conocimiento
verdadero,
porque
solo
ésta
produce
ideas
claras,
universales
e
indudablemente ciertas. Así lo afirma Descartes (2010), en su Discurso del
Método: “despiertos o dormidos, no debemos dejarnos persuadir nunca sino
por la evidencia de la razón” (pág. 65). Usa la matemática como modelo y la
intuición intelectual como fuente de conocimiento.
En la tradición empirista el verdadero conocimiento procede de la
experiencia, dicho de otra manera, defiende como forma de conocimiento la
comprobación detallada de los hechos mediante la observación, son los
sentidos, las percepciones y las sensaciones los medios a través de los cuales
surgen las ideas en la mente.
El mayor exponente de esta postura Locke (2005a), en el documento
original de 1689, asegura que “todas las ideas vienen de la sensación o de la
reflexión. Supongamos, entonces, que la mente sea, como se dice, un papel
en blanco, limpio de toda inscripción, sin ninguna idea” (pág. 36). Esto significa
que la razón humana está vacía antes de recibir la experiencia. Para (Locke,
2005b), existen tres formas elementales de conocimiento correlacionadas con
el objeto conocido; Padrón (2014a), los expresa como “la intuición (vivencia,
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Arbitrado
Asimismo, (Sandín, 2003b), indica que a partir del siglo XVII surgió el