Revista Scientific Volumen 3 / Nº 7 - Febrero-Abril 2018 | Page 379

Para Aristóteles (como se cita en Salgado, 2012), la ciencia es: Conocimiento de lo universal y de las cosas necesarias, y hay unos principios de lo demostrable y de toda ciencia (pues la ciencia es racional), el principio de lo científico no puede ser ni ciencia, ni arte ni prudencia; porque lo científico es demostrable (pág. 3). Esto implica plena confianza en el poder de la razón, en otras palabras, se llega a la explicación científica, de un fenómeno o hecho, apoyado en la observación del mundo real y la abstracción de la mente humana que de manera ordenada y segura se hacen las demostraciones, por consiguiente, es totalmente contrapuesto a la simple opinión. Según lo argumentado por (Mardones, 1991b), Aristóteles exigía que la causa de un fenómeno debía cubrir cuatros aspectos: la causa formal, la causa material, la causa eficiente y la causa final, haciéndose énfasis en la causa final, revelando explicaciones teleológicas. Sandín (2003a), documenta que la tradición galileana plantea un nuevo “mundo científico” en la que se rechaza la cosmovisión teleológica de Aristóteles y aparece una visión del mundo principalmente pragmático y mecanicista, en la que la experiencia como fuente de conocimiento tendrá un énfasis mayor. Los precursores de esta postura son Francis Bacon (1561- 1626), quien recoge la propensión de hechos concretos con un intento de dominar la naturaleza. Galileo Galilei (1564-1642), de acuerdo con (Mardones, 1991c), representa “la nueva mentalidad que cambia las explicaciones físicas cualitativas de Aristóteles por las formulaciones matemáticas de Arquímedes” (pág. 25). Consecuentemente, la matemática va a ser el instrumento fundamental para la explicación científica de un fenómeno y cuyas explicaciones tomarán las formas de hipótesis causales que vienen determinada por el análisis experimental. 378 Arbitrado griego representada por las tradiciones Aristotélicas y Galileanas.