interactivo que se generaba entre los actores de las aulas de clase.
Metodología, que trae consigo una ardua tarea para registrar los hechos tal y
como suceden en la realidad; la misma se desarrolló en cuatro fases: (1)
acercamiento a la realidad, (2) recolección de información, a través de la
observación y la entrevista; (3) análisis de la información y (4) elaboración del
informe final.
La primera fase permitió el acercamiento a la realidad de estudio,
solicitando permiso a la docente para realizar la investigación, considerando
que en diversas oportunidades la docente expresó los diversos conflictos que
a menudo se dan entre los estudiantes. De igual manera, un acercamiento
previo con los estudiantes a fin de establecer un primer contacto con los
mismos.
Con relación a la segunda fase, que se refiere a la recolección de la
información directamente en el campo de trabajo, lo que implicó la utilización
de técnicas para la recolección o captura de datos, tales como: la
observación, considerada por Martínez (1998b) y Tarrés (2013a), como la
técnica clásica primaria y más adecuada por los etnógrafos para adquirir
información; observación que fue participativa, por cuanto permitió una mayor
interacción y comunicación con los grupos a estudiar, para percibir,
comprender y explicar la realidad tal y como se dio. La entrevista, a través de
ella se pudo dialogar con los informantes o agentes de estudio, para obtener
información de aspectos o situaciones que no habían quedado claros en las
observaciones, en especial en los que había necesidad de profundizar.
Los instrumentos que se emplearon para recoger y almacenar la
información fueron los diarios de campo, que permitieron hacer anotaciones
personales
(sensaciones,
interpretaciones,
reflexiones,
etc.)
de
las
observaciones realizadas, así como gestos, actuaciones, entre otras, que se
dieron en las aulas de clase.
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Arbitrado
Ahora bien, la metodología etnográfica permitió develar el proceso