aplicación de la herramienta analizada. Según refiere uno de los expertos, este
comportamiento se explica por la mayor urgencia del sector industrial en
materia de aplicación de herramientas dirigidas a la gestión, ante la
complejidad propia de sus procesos operativos y las dificultades planteadas a
las industrias en el marco de la realidad actual del país. Este patrón sectorial
es concordante con los resultados de Assiri et al. (2006b, pág. 940), cuyo
estudio reporta la figuración dominante del sector manufacturero, como ámbito
de implementación del CMI, con un porcentaje del 36,9%.
4.2. Alcance de la implementación del CMI en el contexto venezolano.
Según manifiestan los consultados, la mayoría de las organizaciones
que deciden adoptar el Cuadro de Mando Integral completan el diseño e
implementación de esta herramienta. No obstante, el porcentaje que
representan aquellas experiencias en las cuales el uso del el CMI se consolida
y mantiene su continuidad como herramienta de gestión es, aproximadamente,
un 40%. Esta cifra coincide con el planteamiento de Waal y Counet (2009c,
pág. 377), quienes estiman en un rango que varía entre 50% y 70% los casos
fallidos de aplicación del CMI y otros sistemas de gestión.
Por otra parte, los expertos indican que el proceso de implementación
del CMI no alcanza a todas las esferas de la organización y se extiende
solamente hasta el eslabón de supervisores, lo que implica una incongruencia
respecto al modelo conceptual del CMI, según el cual, el mismo debe ser
desplegado en todos los niveles de la organización (Olve, Roy y Wetter, 2000,
pp. 87-89). El hallazgo aludido es consistente con las evidencias empíricas
reflejadas por Banchieri y Campa (2012f, pág. 12).
Según los consultados, los obstáculos que impiden el despliegue total
del Cuadro de Mando Integral tienen que ver con la resistencia del personal
de los niveles operativos y las dificultades cognitivas del mismo, lo que
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Arbitrado
que, según los consultados, concentra cerca de un 60% de las iniciativas de