Revista Scientific Volumen 3 / Nº 7 - Febrero-Abril 2018 | Page 163

La literatura que analiza la validez de las hipótesis planteadas por el CMI no refleja una postura unánime al respecto. Desde el punto de vista de la crítica puramente teórica al modelo del CMI, destaca el análisis de Norreklit (2000b, pág. 82), quien argumenta que las relaciones planteadas en el marco de dicha herramienta no tienen carácter de causalidad, ya que no pueden ser objeto de verificación empírica de manera inobjetable. Agrega que estas relaciones son solamente lógicas. Las evidencias ofrecidas por los estudios empíricos parecieran coincidir con los planteamientos de la autora aludida, ya que no aportan resultados concluyentes en torno a las relaciones causales del CMI. Los trabajos desarrollados por Davis y Albrigth (2004, pág. 145) y por Chen, Yamauchi, Kato, Nishimura, e Ito (2006, pág. 345), validan la relación entre el uso del CMI y el mejoramiento en el desempeño. En cambio, Ittner, Larcker y Randall (2003, pág. 735), no encontraron evidencia de asociación entre el uso de la referida herramienta y los resultados económicos. Por su parte, los hallazgos de Neely, Kennerley y Martínez (2004, pág. 771), revelan que, si bien la implementación del CMI tuvo un impacto positivo en las ventas y en las utilidades, el cambio no alcanzó a ser significativo. En otro cuestionamiento a los supuestos del CMI, Lipe y Salterio (2000b, pág. 293), aportan elementos que ponen en tela de juicio el equilibrio entre el uso de las medidas financieras y no financieras. En una orientación similar, Banchieri y Campa (2012d, pág. 13) concluyen que las empresas dan mayor importancia a la perspectiva financiera del CMI, 2.2.2. Factores que favorecen el éxito del CMI. Entre los estudios que analizan los factores favorables a la implementación del CMI, cabe mencionar el trabajo de Assiri, Zairi y Eid (2006a), el cual se basa en un modelo conformado por 27 factores críticos de 162 Arbitrado 2.2.1. Validez de las premisas del CMI.