lograr ambientes sanos, armónicos, que sean capaces de convivir en paz,
libres de violencia. Por esto, se alude lo expresado por Ferreira y Labate,
(2013a):
La decadencia de la sociedad actual urge un cambio de la
educación hacia otros paradigmas de formación y
acompañamiento en los aprendizajes de los niños y jóvenes
que enfaticen el interior del ser humano y realmente generen
individuos sanos física, mental y emocionalmente hablando,
armónicos, pacíficos y competentes para desenvolverse en una
sociedad productiva, tolerante, incluyente, sustentable y justa
(pág. 9).
En otras palabras, la aproximación a una educación basada en entornos
virtuales deberá hacer más hincapié en responder a hipótesis sobre la
educación del futuro sobre a ¿Qué tipo de hombre deseamos para años
venideros? Aquí, es de inferir que ha de tomarse en cuenta el perfil de egreso
y el futuro de la educación, pareciera simple, pero en realidad es demasiado
complejo.
Lo realmente interesante, es a juicio de Ferreira y Labate, (2013b),
“tratar de contextualizar este espacio socioeducativo de la escuela dentro de
un marco socio histórico en evolución dinámica y constante; es decir, los
cambios de la humanidad y su relación con la tecnología y el conocimiento, a
la luz de un lente ontológico diverso del ser humano individual” (pág. 10). Visto
desde la perspectiva del autor, los nuevos avances tecnológicos se deben
apoderar ontológicamente del ser humano porque el progreso como tal del
campo de tecnología le hace a éste llegar a conocer y formarse en las
dinámicas actuales para su incursión en entornos virtuales hasta ahora que
pudieran ser desconocidos para él.
Visto así desde el ámbito educativo, debemos sacudir nuestros
pensamientos y ocuparnos en que la escuela no puede ni debe estar al margen
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Arbitrado
conforman la sociedad que hoy vivimos, sin demostrar poseer la capacidad de