Revista Scientific Volumen 3 / Nº 10 - Noviembre-Enero 2018-2019 | Page 68

es una realidad exclusiva de la región andina. A lo interno de las fronteras del estado Trujillo, también se presenta tal caracterización física. Y por lo tanto, las particularidades y diversidades se hacen protagonistas en la constitución del SER trujillano. Y por ende, esa trujillanidad adquiere matices en función a las peculiaridades culturales que se han entretejido a los largo de los años en espacios que pudiéramos llamar microrregionales. Hasta ahora, se ha indicado la existencia de microidentidades que se forman y consolidan en espacios concretos dentro de espacios más generales. Parecieran estas realidades, razón inexcusable para poder pensar, que lo que hoy constituye al estado Trujillo, dista mucho de ser considerado como una región histórica en relación dialogante con sus habitantes. Pero a pesar de esta realidad, se mostrará de manera sucinta ese complejo y extenso proceso que data tal vez a miles de años, en los que el hombre apareció en esta geografía y la hizo suya. Generando identidades que le han permitido integrarse como un todo medianamente armonioso, pero que imprime matices poli cromáticos que hablan de su riqueza cultural. 2.2. Los orígenes Si bien, la región andina (y el estado Trujillo como ente constitutivo de la misma) tuvo un origen algo calamitoso, la aparición del hombre sobre estas tierras se llevó a efecto de una manera mucho más parsimoniosa. Y de estos orígenes debemos partir, para poder comprender mejor la conformación identitaria del trujillano. Es decir, romper con esa mirada restrictiva que proyecta nuestro pasado al año de 1557; ese discurso que exhibe a la presencia del europeo como acto genésico de la trujillanidad. Es así, que las primeras huellas que comienzan a dibujar lo que podría ser las bases de la futura “cartografía” trujillana provienen de los aborígenes Cuica, quienes venidos de los andes 67 Arbitrado íconos propios de la idiosincrasia de sus pobladores. Pero dicha diversidad no