estudiados cada uno por su lado sin buscar la comprensión de posibles
interacciones. Para generar esta ruptura, entre otras cosas, debe recurrirse a
un estudio geohistórico de estas realidades; y así, ofrecer una interpretación
más o menos cercana a la realidad que presentan estos contextos.
2.1. La región: una categoría proscrita de la escuela
El término región como categoría sociohistórica se presenta
sumamente complejo, a la vez que profundamente escurridizo. Atraparlo o al
menos, enmarcarlo dentro de un prisma particular se convierte en una acción
difícil de acometer tanto en el acto propio de la investigación como dentro del
aula de clase. Resulta evasiva en buena medida porque posee una carga
polisémica que reviste cierto grado de dificultad al momento de hacer su
abordaje. A este respecto, es bueno señalar con muchos investigadores en
esta área que, en buena medida, “La idea de “región” es una construcción
puramente intelectual, teórica. Un conjunto de elementos puede ser entendido
como región según los más diversos criterios; depende enteramente del tipo
de relaciones que uno decide considerar relevantes”.
Es por ello, que no es de extrañar que tal aspecto no sea considerado
en el quehacer escolar. Basta simplemente conformarse con una supuesta
nacionalidad basada en aspectos genéricos y reduccionistas donde se
difuminan las realidades locales. Y en la medida que se profundizan los
procesos formativos se debilita la identidad y con ella se diluye el sentido de
pertenencia, trayendo como consecuencia a su vez, el deterioro de la
ciudadanía. A pesar de ello, es el gentilicio de la patria chica, del terruño, lo
que identifica en la cotidianidad al individuo, y que de manera simultánea lo
integra a sus pares con quienes comparte el espacio inmediato, pero es
importante destacar que el hecho de consolidar una identidad colectiva, bajo
ningún concepto implica igualdad o unidad. ¿A qué viene tal aseveración?
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Arbitrado
descripciones inconexas donde el espacio y el sujeto en su devenir son