Revista Scientific Volumen 3 / Nº 10 - Noviembre-Enero 2018-2019 | Page 353

De allí que, es necesario abrir espacios para la creatividad, la inventiva, el desarrollo de todas las potencialidades del individuo para ser capaz de soñar, de expresar sus sentimientos y creer que se puede construir saberes de forma colectiva a partir de sus vivencias y experiencias. De allí que, un aprendizaje a partir del diálogo en el aula de clase requiere necesariamente de diversos mecanismos que posibiliten la construcción del saber universitario desde una mirada más humana y social que necesita de un docente comprometido en generar espacios en el aula de clase donde se privilegie la interacción y el diálogo como formas de compartir saberes, experiencias y vivencias. Es conveniente rescatar el diálogo como aquel capaz de crear espacios reflexivos para comprender el mundo y las distintas realidades que se muestran en el aula de clase, donde surja el acto de preguntar, que invita a los estudiantes a asumir una postura crítica y reflexiva en la construcción de saberes a partir de procesos de interpretación y comprensión de significados. Por lo tanto, urge el encuentro con el otro que da apertura a la reflexión y acción en una relación amorosa caracterizada por el compromiso, humildad y responsabilidad de los involucrados en el acto de enseñar y aprender. De aquí se desprende que la relación de poder se puede ejercer sobre los aprendices en tanto que constituyen de acuerdo con Foucault (1998): “una especie de entidad biológica que se debe tomar en consideración, si queremos utilizar estos (aprendices), para producir” (págs. 245-246). Con ello admitimos que la función del poder no es esencialmente la de prohibir, sino la de producir, en nuestro caso: producir conocimiento. Se trata de entender que en la práctica docente se presentan relaciones de poder particulares que tienen características y autonomía propia. 352 Arbitrado diálogo intersubjetivo que permita superar la incapacidad para el diálogo.