Esto hace referencia a que está técnica de evaluación se ha extendido
y ha mantenido su poder no sólo en el contexto educativo sino en otras
ciencias humanas de conocimiento como la psiquiatría utilizándose como un
mecanismo de dominación donde los poderosos dominan al impotente. De allí
que, urge la necesidad de reconocer y comprender la evaluación como un
proceso continuo, concebido como un momento de reflexión y crítica donde el
aprendiz se constituya como sujeto ya que vista como caso contrario su efecto
es la multiplicación de los lazos de sujeción y una práctica en el que el
estudiante es tratado como una persona a la que se le aplican un conjunto de
normas cuya finalidad es obtener información para hacer juicios de valor, a
partir de criterios de eficiencia.
Dentro de ese marco de referencia, existen sospechas de que la
construcción de saberes muchas veces es el resultado de relaciones de poder,
es decir, normas y disciplina como formas de estimular la producción por parte
de los estudiantes y disposición para alcanzar los objetivos del curso. En este
contexto, es conveniente destacar que se continúa haciendo lo expresado por
Jaeger (1980): cuando señala, “la paideía es el proceso por el cual las
generaciones adultas buscan formar en el sentido de dar forma en las más
jóvenes el ideal de hombres que ellas mismas quisieron llegar a ser” (pág. 5).
Pudiera entenderse que en este proceso, el docente es quien modela y el
estudiante es la materia a la que se da forma; el docente es quien posee la
verdad y la transmite al estudiante, le indica la norma a seguir porque tiene el
control. Desde esta mirada, se limita la creatividad y la postura de los
estudiantes ante el proceso educativo del cual es parte fundamental.
Sin embargo, es preciso comprender que tiene lugar una asimetría, una
donde el estudiante pretende construirse a sí mismo para enfrentar un futuro
diverso e incierto y por el otro un docente que pretende defender su postura,
su verdad en detrimento de la construcción de saberes coherentes con las
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Arbitrado
considerarse como técnicas de poder-saber” (pág. 35).