Pensar la práctica docente desde lo dialógico y las relaciones de poder
implica que el docente universitario tenga presente que el estudiante asume
un determinado modo de enfrentarse al mundo para establecer relaciones con
el otro (en este caso) con sus pares, con el docente, y de lo otro la universidad;
así mismo accede a un determinado modo de comportarse, esto significa
entender a la práctica docente como una manera de dialogo, por cuanto la
conversación entre docentes y estudiantes es sin duda necesaria para que
tenga lugar el encuentro entre ambos. Así, el docente acepta la voz del
estudiante como parte de su dialogo interior y convierte esa voz exterior en
habla interna, es decir el docente ha de decirse así mismo lo que esa voz le
ha dicho desde afuera y prolongar su significado.
Por otra parte, en las relaciones de poder presentes en la práctica
docente, se generan una sucesión de actos lingüísticos, cada uno de los
cuales es un mensaje (dice algo al estudiante), estructurado según un léxico y
una sintaxis. Estamos ante un discurso que adopta una forma específica de
acto de habla, cumple una función, implica una actitud por parte del hablante,
acompañada de algunas pretensiones de verdad.
Es en este contexto, en el que pretendo desplegar este ensayo que
intenta visualizar la práctica docente desde la perspectiva de la dialogicidad y
su vinculación con las relaciones de poder y así entender, partiendo del hecho
que el sistema educativo universitario requiere de nuevas formas de concebir
las relaciones de poder presentes en el sistema de formación que tiene lugar
en la práctica docente universitaria. Así mismo, busco interpretar cómo la
universidad tiene entre sus objetivos sujetar al individuo al proceso de
producción que habrá de garantizar la construcción de conocimiento. De allí,
la importancia de abordarla dialogicidad y las relaciones de poder como dos
dimensiones de un mismo movimiento desde una perspectiva crítica- reflexiva.
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Arbitrado
1. Introducción