Revista Scientific Volumen 3 / Nº 10 - Noviembre-Enero 2018-2019 | Page 341

docente. Sin embargo, los estudiantes ejercen comentarios en sus conversaciones informales, relacionadas con los profesores que han sido o son sus facilitadores del curso, por ejemplo, emiten expresiones como: “esta vieja es muy aburrida”, “ese profe se puso Chucky”, “qué ladilla es la clase de esa profe”. En este contexto, se perciben enunciados que tienen un estatus propio de su género, y las perspectivas que ellos tienen relacionadas con hombres o mujeres son disímiles. Es decir, las expresiones de los estudiantes en sus situaciones comunicativas grupales identifican a la persona que las dice, reflejan su género, su identidad. 3. Conclusiones La tan criticada forma de hablar de los estudiantes tiene que ver, en ocasiones, con un desconocimiento de las variedades lingüísticas. Si se pueden entender estas como una serie de aspectos de similar distribución sociocultural, la jerga de los estudiantes tiene que ver con una característica lingüística asociada a un grupo etario. Además, si como jóvenes poseen su propia música como señal identitaria, entonces el habla es una marca de identidad para ellos. Y en esa búsqueda de identidad, que se construye permanentemente en la interacción grupal, se debe diferenciar entre la interacción entre los pares y la interacción en otros contextos, ajena a lo que es la vinculación de amistad y compañerismo. Sin lugar a duda, la manera en que se comunican oralmente los estudiantes constituye un habla con identidad propia, una forma de establecer señales en su identidad juvenil con el propósito de diferenciarse de otros grupos. En los estudios de pragmática se habla de cortesía y anti-cortesía, que no es lo mismo que decir descortesía. Los estudiantes usan, en incontables ocasiones para comunicarse entre 340 Arbitrado profesor. Se usa sin hacer diferencia de que se trata de un docente o una