2.3. Del discurso informal al formal
Dependiendo de los contextos formales o informales y de sus
situaciones comunicativas cotidianas, los estudiantes apelan a una serie de
particularidades distintas, en concordancia con la situación comunicativa en
que se encuentren. En su búsqueda de identidad y en su jerga característica,
marcan con mayor fuerza determinados recursos por razones de ratificar su
identidad y con ello establecer diferencias con otros grupos, particularmente
con aquellos que ellos consideran forman parte de personas de mayor edad.
De acuerdo con según lo expresado por Bruner (2006:68), el lenguaje,
“como elemento imprescindible de la formación cognitiva humana, se
construye del exterior hacia el interior”, es decir, aprendido e internalizado a
partir del contacto con las demás personas y con los diversos contextos.
De hecho, el lenguaje informal de los estudiantes universitarios es un
lenguaje que fue adquirido y construido en el contexto de la interacción
sociocultural al que pertenecen; por esta razón forman parte de su cultura y
como tal es perentorio valorizarlo. No obstante, ese lenguaje que se aleja del
lenguaje formal, del lenguaje académico, puede ser utilizado en la
construcción y aprehensión del lenguaje formal estudiantil.
Por otra parte, la expresión oral de los estudiantes conlleva
subyacentemente la presencia de un conjunto de pautas actitudinales que
manifiestan que han recibido una serie de valores que provienen de su
formación como hombres o mujeres; valores como respeto, cordialidad,
confianza, honestidad, responsabilidad, entre otros.
En el caso de situaciones comunicativas con los docentes, los
estudiantes emplean el lenguaje formal y las palabras y enunciados que
utilizan transmiten respeto y cordialidad. En este contexto, es común que
apelen al vocablo “profe” que indica la forma breve para captar la atención del
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Arbitrado
consideradas insultos en el castellano de los venezolanos.