consiguiente, algunos de estos términos son utilizados para nombrar, colocar
ápodos o entablar el inicio o fina de una conversación. Es de hacer notar que
las palabras que utilizan con regularidad las toman del contexto en el que se
encuentra el receptor, de esta forma, al emplearse el vocablo dentro de un
mismo grupo es incorporada a su léxico y lo emplean frecuentemente para
comunicarse, como en el caso de las palabras “guevón” y “marico”.
2. La cortesía en las situaciones comunicativas estudiantiles
Desde una perspectiva teórica, el fundamento de este ensayo toma
como referencia a los autores de la Teoría de la Cortesía Verbal, Brown y
Levinson, citados por Escandell (2006a:68), “al delinear la existencia de ciertas
formas de situaciones comunicativas en las que la forma de interactuar de los
participantes contiene una coacción al perfil de los hablantes, lo que genera
asombro o extrañeza entre quienes escuchan sus conversaciones”.
En sintonía con los autores mencionados, la teoría de la cortesía verbal
habla de la existencia de los denominados “actos amenazadores de la imagen
pública”, factores que ponen en peligro lo que llaman “imagen negativa” y/o
“imagen positiva” de los participantes en la conversación. En este contexto, el
perfil negativo se encarga de resguardar el territorio, se propone la
salvaguardia de la imagen individual, la preferencia por la no distracción, por
ejemplo, a la libertad de actuar e imponer; mientras que el perfil positivo se
fundamenta en la proyección de la imagen personal que los interlocutores
tratan de mantener.
En este sentido, los autores que postulan la Teoría de la Cortesía Verbal
pretenden establecer una brecha entre la cortesía positiva y la negativa,
alegando que la positiva se inclina con mayor preferencia hacia la autoimagen
positiva de quien escucha al emisor del enunciado, generándose así una
conversación agradable en términos de camaradería entre los interlocutores.
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Arbitrado
diccionario de la lengua española, tiene otro significado válido para ellos; por