emociones negativas como la ira, el enojo, la intolerancia y hasta tristeza
juegan un papel importante debido a que no se trata de promover a un Ser
perfecto, por lo contrario lo indispensable es considerar que en nuestra
imperfección esas emociones son permitidas, lo ideal es aprender a
controlarlas y evitar que sean ellas las que controlen el comportamiento que
se tiene ante las diferentes circunstancias que se presentan. Se pretende
entonces hacer consciente a los actores sociales de la familia, escuela, y
sociedad de que se puede contribuir a la convivencia pacífica desde la
individualidad del comportamiento personal. Donde el ejemplo de los padres y
maestros representa un protagonismo esencial en la vida del niño y joven en
formación.
Hoy en día el compromiso con el otro, con la sociedad y con los
estudiantes, se centra en conseguir el ideal de subsistencia de cada individuo;
parte de nuestro trabajo es ayudarlo a que encuentre el sentido de su
existencia, en un plano existencial donde los valores familiares tengan un lugar
privilegiado. Para ello, es menester que los educadores replanteen seriamente
su práctica educativa, sin alejarse de las inmensas posibilidades de esta era
tecnológica, en virtud de los valores fundamentales del Ser. En este sentido,
la escuela y los procesos sociales formativos que en ella se gestan, no se
conciben de manera aislada.
Es necesario que la filosofía se constituya en la verdadera anfitriona en
este proceso de integración de los valores para la paz en la praxis docente.
Para desempeñar con esta función, el referido proceso debe dejar de ser una
habilidad que sólo ejecutan algunas personas elegidas, cuyo diálogo es poco
diáfano y que despojan a sus estudiantes de la posibilidad de sumergirse en
el maravilloso cosmos del saber filosófico. Es preciso desmitificar el discurso
filosófico de modo que se entienda lo que Hegel, Nietzsche hasta Foucault han
dialogado sobre la esencia de la vida del hombre, en el marco global y
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Arbitrado
sentido de la palabra, porque como seres con alma, cuerpo y espíritu, las