De igual manera, Ander-Egg (2007): expone que la intervención “se
caracteriza fundamentalmente por coadyuvar a la racionalización de la toma
de decisiones, se basa en la eficiencia institucional e integra la visión de largo
plazo (filosofía de gestión), mediano plazo (planes estratégicos funcionales) y
corto plazo (planes operativos)” (pág. 27). El autor refiere, la intervención se
determina por la cooperación e interacción de la toma de decisiones en
alcanzar los objetivos, metas, estrategias a mediano, corto y largo plazo; en la
cual se consoliden la relaciones ente los integrantes de la comunidad y la
escuela en función de accionar un conjunto de actividades que beneficien al
colectivo y se generen transformaciones profundas en el pensamiento
conservacionista y formación en la conservación de la naturaleza y por ende
el tratamiento de las aguas residuales.
Por su parte, Pérez (2009): expone que la intervención comunitaria
ambiental, tiene por finalidad “producir cambios profundos en las comunidades
y en la cultura interna de la misma y su expresión se fundamenta en
corporación acordada o convenida entre sus miembros” (pág. 31). En otras
palabras, la intervención comunitaria garantiza la transformación positiva y
proactiva de sus integrantes, en cual se consoliden lazos de cooperación con
cada una de las fuerzas vivas que se encuentran en las localidades,
especialmente las instituciones educativas.
La intervención comunitaria ambiental, también, busca la promoción de
esquemas permanente y metódico en fomentar pensamientos sociales y
culturales en el ámbito ambientalista, en la cual confluyan el análisis,
sensibilización, crítica, valores e interpretación en la creación hacia la
internalización conservacionista. Gabaldón, citado por Requena (2018):
expone que la educación ambiental consiste en “la identificación de los
problemas ambientales y cómo controlarlos requiere un nuevo tipo de
educación que a través de un juicio teórico y práctico del medio biótico y físico
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Arbitrado
determinado lugar.