liderazgo transformacional, el cual rompa con el individualismo, y fomente a la
exteriorización del conocimiento por parte de los investigadores científicos;
igualmente, motive al equipo a buscar metas comunes, este líder debe poseer
una actitud proactiva, positiva, holista orientada a la productividad y
consolidación de espacios apropiados para intercambiar conocimientos.
Adicionalmente, el pensamiento complejo procura que broten nuevas
formas de pensamiento, estrategias y acciones en el ser humano que lo
reoriente en su forma de ver, entender el mundo y por ende enfrentarlo,
parafraseando a Pereira (2010):
La función de un pensamiento complejo es develar la
naturaleza y complejidad de todos los fenómenos y sus
interrelaciones, esta tarea, debe estar implícita como
compromiso para con nuestro mundo. Estamos inmersos en
una época planetaria; por lo tanto, se debe enlazar la
enseñanza de la especie humana con la ética del
entendimiento entre los individuos. Las profundas reformas de
pensamiento deben indiscutiblemente estar puestas al servicio
de la humanidad, motivando a la comprensión, moral,
solidaridad de los ciudadanos superando el individualismo y la
autodestrucción (pág. 74).
Ontológicamente, se asume que el universo, la naturaleza es el
resultado de las relaciones e interconexiones con los estímulos naturales y
colectivos. Esta configuración filosófica, permite considerar que el saber
humano no es adoptado de manera pasiva, de lo contrario se procesa y crea
activamente. Para la teoría constructivista la objetividad en su totalidad
aislada. bifurcada del individuo, no ostenta sentido alguno, puesto que el
conocimiento se traduce como una exégesis, una reconstrucción y producción
mental, resultando inconcebible apartar al investigador de lo que es
investigado.
Por tanto, para Pérez y Alfonso (2016): “lo complejo es complexus
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Arbitrado
tal manera que en los equipos reales de investigación es fundamental el