es perceptible, y es muy difícil aceptar la realidad que enfrenta esta institución,
ya que ciertamente hay una serie de cargos destinados a la producción de
conocimientos para su puesta en práctica, pero la cuestión es que la
universidad aún no ha asumido la innegable necesidad de generar
conocimientos y saberes integrados, para mantenerse activa y así confrontar
un mundo que cambia de una forma precipitada; Así como, proporcionar
soluciones efectivas a los problemas diarios de la sociedad.
No obstante, la poca generación del conocimiento dentro de la
universidad no se corresponde al propósito para la cual fueron creadas tales
Instituciones.
En este contexto, en la mencionada universidad se generan
conocimientos fragmentados, cada investigador es individualista; es decir, se
producen
conocimientos
aislados,
por
cuanto
debe
alinearse
este
pensamiento hacia la integración de saberes tal como lo plantea la
complejidad, donde emerjan nuevas ideas desde diversas disciplinas para
generar de esta manera investigaciones novedosas, con el propósito de
reorientar la organización a su crecimiento, desarrollo y al éxito.
Por lo tanto, es vital que todo gerente sea transformador, participativo
que comprenda y se apropie de este pensamiento complejo, para superar las
impredecibles realidades complejas.
En este sentido, estas organizaciones exigen líderes capaces de
realizar transformaciones en su entorno. Al respecto, Fernández y Quintero
(2017), aseveran que: “estos líderes transformacionales logran responder de
manera rápida a las exigencias del entorno apoyados en sus seguidores, en
quienes han influido, logrado el cambio de un interés individual a un interés
colectivo, alcanzando las metas de la organización” (pág. 60).
Se confirma entonces que el tipo de liderazgo dentro de las instituciones
es determinante para romper paradigmas y generar cambios significativos. De
256
Arbitrado
la Universidad Politécnica Territorial Manuela Sáenz, desde la complejidad, no