talento o Altas Capacidades Intelectuales (ACI), el cual engloba la variabilidad
individual de este colectivo, así como la superdotación intelectual, talento y
precocidad intelectual. De igual manera, el uso de la terminología apropiada
se apoya en los estudios de Mönks y Mason (2000), citados por Benavides,
Maz, Castro y Blanco (2004a), quienes “tratan los siguientes términos como
sinónimos: dotado (gifted), altamente capaz (highly able) y talentoso (talented)”
(pág. 144).
En tal sentido, cuando se habla de sujeto con Altas Capacidades
Intelectuales (ACI), se refiere a aquellos individuos que poseen un desarrollo
cognitivo superior al de su grupo erario, y requieren de atención especializada
que permitan brindarle la atención educativa según sus condiciones, tal como
plantea la UNESCO (1994), citado por Benavides, Maz, Castro y Blanco
(2004b):
Cada niño tiene características, intereses, capacidades y
necesidades que le son propias; si el derecho a la educación
significa algo, se deben diseñar los sistemas educativos y
desarrollar los programas de modo que tengan en cuenta toda
la gama de esas diferentes características y necesidades (pág.
9).
Con relación a lo anterior, no solo por el hecho de poseer un potencial
se garantiza el éxito, es imprescindible guiar el camino a seguir, su proceso de
crecimiento. Adicionalmente, como lo manifiestan Matos, Vethencourt, Peña y
Briceño (2018): “la inteligencia no es permanente, es alterable; en otras
palabras, es que cada persona no posee el mismo nivel de inteligencia con el
que nace y, la inteligencia no es unitaria, puede manifestarse en diferentes
formas” (pág. 253), y este potencial superior puede desarrollarse o eliminarse.
Es conveniente destacar en este punto, que en algunas ocasiones, un
niño o niña que no tiene las mejores calificaciones, puede poseer Altas
Capacidades Intelectuales (ACI). Así mismo, pueden ser erróneamente
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Arbitrado
de capacitación que presentan las docentes de educación inicial en el área de