En concordancia con el autor, se propone como una herramienta que
permite la construcción del conocimiento colectivo de los docentes y
estudiantes la institución educativa que permita hallar las posibles vías de
soluciones a las problemáticas encontradas en el territorio o contexto social
determinado.
Así mismo, Herrera (2008b), señala que:
la cartografía social como instrumento, es un ejercicio
participativo que por medio de recorridos, talleres o grupos de
discusión, utiliza el mapa como centro de motivación, reflexión
y redescubrimiento del territorio en un proceso de conciencia
relacional, invitando a los habitantes de un territorio a hablar
sobre los mismos y las territorialidades (pág. 3).
En este mismo orden ideas, debe considerarse como un instrumento en
el cual los actores sociales podrán expresar libremente todas sus ideas e
impresiones de la realidad social-educativa abordada en el ejercicio para
ubicar los hallazgos en la comunidad educativa para el descubrimiento de
indicadores y situaciones para su estudio, análisis y discusión respectiva.
Según Habegger y Mancila (2006), citados por (Herrera, 2008c), indican
que:
por cartografía social como la ciencia que estudia los
procedimientos en obtención de datos sobre el trazado del
territorio, para su posterior representación técnica y artística, y
los mapas, como uno de los sistemas predominantes de
comunicación de ésta. A lo largo de los años éstos han ido
evolucionando conceptualmente. La dualidad etimológica de la
cartografía, con el sufijo que puede significar sin distinción la
escritura, la pintura o el dibujo; explora el vínculo entre la grafía
(la escritura) y la gráfica (el dibujo), entre los instrumentos de
tipo texto y los documentos de tipo imagen (pág. 5).
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Arbitrado
social, que permite una construcción del conocimiento desde la
participación y el compromiso social, posibilitando la
transformación del mismo (pág. 3).