Revista Scientific Volumen 3 / Nº 10 - Noviembre-Enero 2018-2019 | Page 202

considerado conspirador y como consecuencia fue condenado y expulsado de varios países. Del mismo modo, la ilustración europea, era luz y esperanza de cambios significativos en sus diferentes órdenes políticos, sociales, económicos, culturales entre otros aspectos. Sin embargo, para los protagonistas del siglo de las luces también incluía riesgos. Respecto a esa época, Vilafranca (2012), manifiesta que: El siglo de las luces es una época de transformación social que anticipa el origen de un nuevo sistema de pensamiento. A este movimiento germinante que el ginebrino inicia se le ha catalogado como la primera teoría de la modernidad pedagógica (pág. 3). En ese sentido fueron a Rousseau, y le otorgaron un crédito importante por los aportes que dio a la política y educación. En siglo XVIII aún persiste el oscurantismo y con el autor del Emilio comienzan a florecer las ideas progresistas en el campo educativo. Al respecto, Rojas (1976a), dice: “La segunda mitad del siglo XVIII marca un cambio profundo y sustancial en el campo educativo. El concepto Aristocrático cede el paso al concepto popular” (págs. 13-14). En otras palabras, la filosofía educativa de Rousseau es determinante en la consecución de las formas de actuar y pensar en los escenarios educativos. El tiempo le dio la razón y sus escritos aún son debatidos, analizados en diferentes colegios, universidades y círculos de estudio. Además de ser Rousseau un gran lector, escritor y filósofo fue amado y odiado por muchos. Al respecto, Smith (2008), expresa: De hecho, esta valentía de Rousseau le costó bien grande. Se lo pagó funestamente con la vida solitaria, perseguida y aislada que tuvo que vivir hasta su muerte. Turbulencias de una vida donde muchos sólo ven resultados de un complejísimo carácter mientras que para él su aislamiento no resultó ser sino un 201 Arbitrado era atentar contra los poderes establecidos. Por lo tanto, Rousseau fue