información para establecer una sociedad en línea.
Visto de este modo, la praxis de la enseñanza-aprendizaje requiere de
una visión sintetizadora de un quehacer docente, está emplazada por las
acciones didácticas, las cuales deben estar acompañadas por el uso y
aprovechamiento de las TIC. Esta idea conlleva, no solo al conocimiento de la
realidad que trascienden la descripción, la explicación y la deliberación
intersubjetiva del acto educativo; sino también la comprensión del por qué y
para que educar. Meirieu (1997), afirma que “la pedagogía es una reflexión
sobre los fines de la educación y sobre los medios que uno puede poner al
servicio de dichos fines” (pág. 231). Esta idea reconoce el poder del método y
crea las diferentes vertientes de su aplicación en el quehacer didáctico para
entender el aprendizaje en el mundo digital.
El uso de los formatos del mundo digital, evidencian cambios en los
contenidos en la forma de enseñar, como de aprender a través de las
herramientas tecnológicas. Caballero (2009b), señala que “estos dispositivos
intervienen en los procesos de aprendizaje y comunicación, son lenguajes y
medios que se integran a las estructuras cognitivas y favorecen la emergencia
de un nuevo tipo de inteligencia” (pág. 3). Por esta razón, la praxis pedagógica
en todos los niveles del sistema educativo venezolano, deben ser objeto de
reflexión en sus interacciones socioeducativa del aula, con el trabajo digital
como dispositivos cognitivos.
En consecuencia, el uso de las TIC requiere de estrategias educativas
para el desarrollo de la sociedad del conocimiento. Representa un cambio en
las múltiples y diversos modelos pedagógicos que deben dirigir sus reflexiones
a partir de la práctica y en dirección a comprender por qué educar en la
virtualidad, incorporando ajustes en los procesos educativos acorde con los
ritmos que se expresan en el movimiento de los intereses y capacidades
individuales de los educandos.
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Arbitrado
público y privado; y (e) promover la democratización de las tecnologías de la