implica reconocer que el perfil académico y las competencias docentes
también requieren de un cambio de funciones y acciones que redefinan el rol
al momento de adentrarse en ambientes que estarán mediados por las nuevas
tecnologías.
En este sentido, según la UNESCO (2008), “las TIC exigen que los
docentes desempeñen nuevas funciones pues lograr integrarlas en el
aula…fusionar las tecnologías con nuevas pedagogías y fomentar clases
dinámicas en el plano social, estimulando la interacción cooperativa, el
aprendizaje colaborativo y trabajo de grupo” (pág. 5).
Considerando lo antes expuesto en este escenario es necesario contar
con un rol diferente al que se tiene en la modalidad presencial, la modalidad
virtual requiere de un tutor o facilitador de los aprendizajes que permita
favorecer el autoaprendizaje y el trabajo en grupo, ofrecer nuevas formas de
tutoría y orientación al estudiante.
Con respecto al tutor se considera lo expuesto por Cabero (2006), “al
tutor en contextos virtuales se le ha denominado tutor en línea, e-tutor, e-
moderador, tutor de apoyo en red o tutor virtual”. Según, este autor éste es un
docente o profesor que integra una sólida formación intelectual en los ámbitos
académico, pedagógico, orientador y tecnológico además de ser personal;
para realizarla funcionalmente con eficacia, siguiendo las representaciones del
modelo educativo para asesorar, orientar, originar, proveer y evaluar el
aprendizaje en línea del alumno.
Por otro lado, García (2001), presenta una definición más amplia donde
sostiene (…) “tutor es la persona cuya tarea más importante consiste en
adecuar los contenidos del curso a las principales características y
necesidades de cada persona” (pág. 6). O lo que es lo mismo, sus principales
funciones consisten en motivar y comenzar el interés de los copartícipes en el
estudio de los tópicos propuestas, guiar y alinear al estudiante en el asunto de
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Arbitrado
haciéndose eco de ser un tutor virtual innovador. La escenografía virtual