formar en los docentes del LB “José Véliz”, un proceso de enseñanza
aprendizaje donde se considere el mundo que envuelve al estudiante, las
emociones, experiencias de vida y la percepción que tiene el educando de la
realidad educativa y de las diversas sensaciones y estímulos que recibe del
entorno, entendiendo además que la formación es la preparación idónea del
personal dedicado al proceso educativo, permitiéndole actualizar y ampliar los
conocimientos construidos antes y durante su labor diaria..
En conformidad con lo anterior, Rogers (2002), (citado en Martínez,
2009: 38), expresa que el individuo es el único que puede conocer por
completo su campo de experiencia. El autor reconoce que no siempre es fácil
entender la conducta desde el marco de referencia interno de otra persona,
puesto que se está limitado a la percepción consciente y comunicación de
experiencias de cada individuo. No obstante, un entendimiento empático de
las experiencias de una persona siempre será útil estudiarla para de esta
forma comprender los procesos de personalidad.
Entonces, en referencia al autor anterior, la conducta supone una
satisfacción de las necesidades tal como éstas son percibidas, más que el
estímulo o realidad objetiva, y dando como ejemplo el hecho de que un bebé
puede ser tomado en brazos por una persona afectuosa, pero si su percepción
de esta situación constituye una experiencia extraña o aterradora, es esta
percepción la que influirá en su comportamiento, dicha situación puede
extrapolarse al ambiente de clase en cuanto a la predisposición que puedan
tener los estudiantes sobre las formas y métodos utilizados por el docente para
la enseñanza de la matemática.
3.3. Teoría de las Inteligencias Múltiples
La teoría de las inteligencias múltiples según Armstrong (2006: 36),
proporciona una postura optimista en cuanto a las mejoras de las
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Arbitrado
Las características anteriores, constituyen el punto de partida para