Por su parte, De Zubiria (1994) considera que “la escuela nueva rompe con
impresiones que desde el exterior se incrustan en el alumno. En su lugar, la
nueva escuela defenderá, la acción como condición y garantía del
aprendizaje”. (pág. 41). Este autor sintetiza cinco postulados básicos de la
escuela activa, a saber:
• El fin de la escuela no puede estar limitado al aprendizaje, la escuela
debe preparar para la vida.
• Se la escuela debe preparar para la vida, la naturaleza y la vida misma
deben ser estudiadas.
• Los contenidos educativos deben organizarse partiendo de lo simple y
concreto hacia lo complejo y abstracto.
• Al considerar al niño como artesano de su propio conocimiento, el
activismo da primacía al sujeto y a su experimentación.
• Los recursos didácticos serán entendidos como útiles de la infancia que,
al permitir la manipulación y la experimentación, contribuirán a educar
los sentidos, garantizando el aprendizaje y el desarrollo de las
capacidades intelectuales.
Para
este
modelo
pedagógico,
cada
experiencia
social
es
esencialmente educativa y las programaciones curriculares suelen presentar
lo que debe ser. No obstante, si estos planteamientos no son neutrales en
relación a las estrategias de aprendizaje, el proceso de enseñanza pierde su
rumbo inicial y se satura, haciendo que el alumno se bloque o pierda su interés.
Por lo tanto, la escuela como institución social debe concentrarse en encontrar
alternativas y estrategias innovadoras para ofrecer al estudiante desde sus
primeros años de escolaridad los recursos necesarios para cultivar la herencia
cultural y desarrollar sus facultades que le permitan lograr fines sociales.
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Artículo
el paradigma tradicional que explicaba el aprendizaje como proceso de