asumiendo activamente sus responsabilidades y compromisos.
A esto se le acuña el criterio de Certo (2014) donde plantea las
empresas deben ejecutar actividades de compromiso social porque la
rentabilidad y el crecimiento van de la mano con un tratamiento responsable
de los empleados, los clientes y la comunidad. En esencia, implica ejecutar las
actividades de compromiso social, esta es una forma de ganar mayor utilidad
organizacional.
Sobre la base de la consideración anterior el compromiso social de las
instituciones va más allá de obtener provechos, se hace necesario mencionar
que según Martínez (2010) uno de los factores claves de las instituciones
educativas para su buena organización y funcionamiento, es la existencia de
equipos directivos y docentes comprometidos con la educación son los que
constituye el eje central para la educación de calidad.
Por otra parte, en América Latina y el Caribe el compromiso del personal
directivo – docente para la educación es vista como la transformación a favor
de la superación social de las instituciones educativas emblemático, las
Políticas para el Cambio y el Desarrollo de la calidad educativa, donde el
énfasis es el ejercicio pleno de la ciudadanía, la equidad social, y la étnica.
Dentro de este marco la educación Venezolana ha generado
transformaciones con relación al sistema educativo donde el director- docente
adquiera compromiso con las organizaciones educativas, cumpliendo un rol
que responda a los planes de la nación referidos al ámbito educativo, es decir
implica llevar la escuela hacia las comunidades brindando desde la formación
académica apoyo y orientación en la resolución de problemas confrontados en
la gestión escolar, lo que requiere una educación comprometida con las ideas
democráticas, de libertad e igualdad como elemento que logre incorporar en
la ciudadanía la idea y el compromiso del trabajo productor como elemento
que humaniza al hombre.
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Arbitrado
darle a cada uno la oportunidad de ejercitar sus competencias e iniciativas