El impacto que las TIC han tenido en la transformación de la realidad
social permea los ámbitos de la vida familiar, educativa, laboral, comunitaria,
política y económica. En ese sentido, la educación primaria no solamente tiene
que adaptar las nuevas tecnologías a los procesos de aprendizaje, sino
también ofrecer a los estudiantes los conocimientos necesarios para su
adecuada utilización dentro y fuera de las aulas.
En ese marco de ideas, es indispensable ofrecer al estudiante los
saberes indispensables para utilizar apropiadamente las redes sociales, los
softwares educativos, la Internet, así como los entornos virtuales, para apoyar
sus actividades de aprendizaje, es decir poseer las competencias tecnológicas
necesarias para su uso, por cuanto estas herramientas propician el alcance de
un óptimo desempeño con su adecuada aplicación.
Por ello, en esta etapa de transición de estudiante receptor de
información a constructor de conocimientos, los educandos deben atender a
un reto fundamental: introducir las tecnologías de información y la
comunicación (TIC) en la construcción de sus aprendizajes, adquiriendo las
habilidades tecnológicas necesarias para acceder no sólo al caudal de
conocimientos que éstas trasmiten. Dentro de ese contexto, surge el Proyecto
Educativo Canaima, el cual nace de los compromisos del Estado venezolano
para dar respuesta a los derechos de los/as venezolanos/as, incorporando el
conocimiento, aplicación de las nuevas tecnologías a los procesos educativos
como un medio para reducir la brecha social, tecnológica en el menor tiempo
y costo posible, siendo por tanto una herramienta tecnológica para promover
la construcción de significados contextualizados que preparen al educando a
aprender de por vida, en cada escenario, gracias a su uso, dentro del aula y/o
fuera de ella.
De allí que en la investigación se propone generar una aproximación
teórica que fundamente el uso del Proyecto Educativo Canaima como
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Arbitrado
1. Introducción