como respuestas a la necesidad de enfrentar socialmente la problemática de
los recursos naturales y del ambiente, ya que a partir de ella es posible
convocar a la participación de los distintos sectores de la población, en
acciones de prevención, protección y restauración ecológica.
En Venezuela, la Educación Ambiental busca fomentar en el individuo
una doble actitud, primero de respeto por sí mismo, como agente
transformador y realizador de cambios, segundo por el medio en que vive
como proveedor de bienestar y sustento. Por ello la escuela, como centro
formador del hombre, no puede estar ajena a la problemática ambiental en
relación con el equilibro entre la sociedad y el ambiente. En este sentido su
función significativa es contribuir a que los estudiantes, profesionales y la
sociedad en general participen activamente en la protección y conservación
del ambiente.
Para esto es necesario entonces implantar estrategias y métodos para
alcanzar la sensibilización y concienciación estudiantil frente a la destrucción
del ambiente. De acuerdo a Chesney (1993):
En Venezuela se adaptó una política ambiental inscrita en el
concepto de eco desarrollo, materializándose con la creación
del Ministerio del Ambiente y recursos Naturales Renovables
(MARNR), en 1977, cuyos principios originales fueron
ampliados en 1978 en la realización del Seminario sobre Medio
Ambiente y desarrollo, mejorándose el concepto de eco
desarrollo al incorporar la racionalidad en el uso de los
recursos, (MARNR, PNUMA). De esta forma concreta,
Venezuela se inserta definitivamente al debate mundial sobre
la temática. (pág. 56)
A su vez, Tobasura y Sepúlveda (1997) plantean que el cuidado del
ambiente y el desarrollo se puede fortalecer desde las instituciones educativas
por medio de diversos proyectos y organizaciones ambientales. En 1999,
como lo señala CENAMEC (2004), la Constitución Bolivariana de la República
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Arbitrado
De allí, que la educación ambiental y la sustentabilidad deben surgir