debía ser pública.
Otra figura importante de la antigüedad clásica Favio Quintiliano
expreso su ideología afirmando la necesidad de un aprendizaje formal para los
niños menores de siete años (García, 1986. pág. 48). Para los siglos XV, XVI,
estas ideas seguían presentes sin que existieran instituciones concretas que
reflejaran una práctica real de estos principios. Al realizar este análisis
retrospectivo, adquiere especial relevancia Juan Amos Comenio quien recalco
por primera vez el concepto de escuela materna indicando un marco de
aprendizaje situado en el seno familiar.
Igualmente, en el siglo XVIII, Jean Rousseau iluminado por la ilustración
público en 1762, una de sus obras que inicia una nueva conceptualización
sobre la infancia. En Emilio se manifiesta que el niño, no es un hombre en
pequeño, que la infancia tiene sus formas de ser, de pensar y de sentir. La
educación en Emilio empieza en los primeros días y se constituye en
ordenados estadios. Aflora claramente la pedagogía en la educación inicial a
través de los postulados de Rousseau, basada en la evolución psicológica y
física del niño. Emerge una profunda transformación de las creencias y de las
estructuras mentales.
Esta brizna en el tiempo, obliga a precisar que el niño y la niña desde el
nacimiento hasta los siete años, ha sido objeto de preocupación y análisis de
estudio por grandes pedagogos y filósofos. Sin embargo, aún se encuentra
enclaustrada solamente en ideas. Es hacia la mitad del siglo XVIII, cuando se
pone en práctica la operatividad de dichas ideas.
En Europa se originan los primeros ensayos prácticos de atención al
infante, como una separación del niño del recinto hogareño. Las primeras
instituciones que surgen como intento de atención del infante son las dame
schools, inglesas los asilos alemanes y las escuelas de juego holandesas, así
como las creadas por Oberlin (1770). Para contribuir a su acción educativa se
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Arbitrado
democrática donde la educación tenía un papel fundamental, la educación