Revista Scientific Volumen 1 / Nº 2 - Noviembre-Enero 2016-2017 | Page 211

El Pensamiento Estratégico se podría entender según, Ohmae, (ob.cit) como “la mezcla de métodos analíticos y flexibilidad mental utilizados para obtener ventajas competitivas” (pág. 89) En otras palabras, es el nacimiento para la toma de decisiones estratégica, ya que garantiza la salud a largo plazo de la empresa. Al respecto, Morrisey, (1996), establece “un pensador estratégico eficaz, tiene la capacidad de conectar sus acciones diarias con los objetivos a largo plazo del negocio. Esto significa tomar decisiones congruentes con las estrategias de la organización comprender cuando las propias estrategias necesitan evolucionar…” (pág. 31) De hecho, el pensamiento estratégico provee las plataformas para la planeación estratégica con naturaleza intuitiva; lleva la figura, mientras que la planeación a largo alcance lleva a la visión y la planeación táctica al beneficio, a juicio de Morrisey, (ob. cit) “trata los valores, las convicciones filosóficas de los ejecutivos encargos de guiar a su empresa en un viraje exitoso, la misión y visión como conceptos actuales y futuros y la estrategia como la dirección en que debe avanzar la empresa” (pág. 11). De este modo, desarrollar el pensamiento estratégico en una organización infiere la creación de un equipo directivo con una visión compartida de futuro y de un compromiso personal, una caracterizándose con el proyecto, estrategias y sentimiento profundo de autoridad, paternidad por parte de todas las personas claves de la organización. Cualquier cambio que se quiera introducir se pondrá en práctica mucho más fácil si se tiene el apoyo de todo el personal directivo de la empresa. En síntesis, antes de que la gerencia pueda decir que la empresa cuenta efectivamente con una nueva estrategia, es ineludible transformar con éxito las finalidades en realidades. 210 Arbitrado 2.2. El Pensamiento Estratégico como Modelo Gerencial