El ambiente competitivo está cambiando a un ritmo muy acelerado. Las
empresas que hasta hace solo unos años eran inmunes a la competencia
global se miden hoy, en crueles batallas profesionales con rivales de todo el
planeta. A nivel agrupado, algunas nuevas iniciativas estratégicas se han
convertido en tareas esenciales para desarrollar las ventajas competidoras.
Simultáneamente, se reconsideran conceptos claves del pensamiento
estratégico
y
formas
emergentes
destinadas
a
explotar
nuevos
acontecimientos. Por ende, la tarea esencial de la Gerencia es llevar a cabo
actividades con la participación de las personas, en la industria, comercio,
organizaciones de servicios públicos, universidades, hospitales, instituciones
militares o en cualquier forma de empresa humana.
La eficiencia con la que las personas trabajan en conjunto para el logro
de un objetivo en común depende primordialmente de la capacidad de quienes
dirijan la empresa, el avance tecnológico y el desarrollo del conocimiento no
constituyen por sí solos elementos claves para el éxito, si no se combina con
una acertada gerencia que combine su aplicación con los materiales y el
talento humano del que se dispone. Es aquí donde a juicio de Añez, (2005)
“cobra importancia la actividad de la gerencia, surgiendo la planificación,
organización, dirección a seguir y la evaluación permanente de los procesos
para verificar el grado de avance y la retroalimentación necesaria para
consolidar, redimensionar y ajustar” (pág. 78).
Ahora bien, el problema actual está en cómo hacer para gerenciar en
un contexto complejo y exigente, esto impone desafíos donde debe prevalecer
una óptima cultura de gestión basada en la optimización de la capacidad de
las personas, en todos los niveles operativos de la organización; el
pensamiento estratégico está orientado a dar al gerente, los instrumentos
conceptuales, las herramientas prácticas para la acción, y verificar lo que está
sucediendo en su entorno, procurando establecer enfoques que faciliten la
202
Arbitrado
1. Introducción