aprenden los estudiantes, los métodos de enseñanza necesarios para
contextualizar el acto educativo, así como ser capaces de tomar decisiones
sobre cómo transferir el conocimiento disciplinar a la dinámica del aula.
2.5. Modelo académico
Este modelo se corresponde, según Pérez (2010), con la orientación
académica de la enseñanza, indicando la misma como un proceso donde se
realiza la transmisión de conocimientos y se propicia la adquisición de la
cultura pública; bajo la idea que la sociedad a lo largo de la historia es la
encargada de desarrollar la información y los conocimientos necesarios, los
cuales deben ser aprendidos por los alumnos, quienes fungen como meros
recipientes, en donde el profesor vierte el bagaje de contenidos.
De acuerdo con lo anterior, lo esencial de un profesor es su sólido
conocimiento de la (s) disciplina (s) impartidas a sus estudiantes. La formación,
llamada pedagógica, pasa entonces a un segundo plano y suele considerarse
superficial e innecesaria. Por lo tanto, sus saberes pueden conseguirse con la
experiencia directa en los establecimientos, si se considera que cualquier
persona con estudios, así como formación académica puede convertirse en
educador.
2.6. Modelo práctico
Este
modelo
considera
que
la
formación
docente
se
basa
prioritariamente en el aprendizaje de la práctica, para ella y desde éste, es
decir, la experiencia obtiene fundamental trascendencia. Contempla la
enseñanza como una actividad en donde no se pueden dictar recetas ni
normas a través de las cuales se tenga la posibilidad de obtener los resultados
deseados.
191
Arbitrado
educativa, didáctica específica, las cuales les permitirán conocer cómo