Revista Scientific Volumen 1 / Nº 2 - Noviembre-Enero 2016-2017 | Page 190

ante la vida, así como el mejoramiento de la profesionalidad. Al respecto, Nordenflycht (2011:2) plantea: Durante largo tiempo, la estrategia más utilizada ha sido el curso de perfeccionamiento, el que bajo esta denominación genérica, ha ofrecido respuestas prefabricadas a demandas o problemas de supuesta ocurrencia general, sin considerar la realidad ni el medio en que los docentes ejercen su labor, sin tomar tampoco debida cuenta de su heterogeneidad, sus expectativas o intereses. En opinión de la investigadora, la incidencia de estos cursos en la práctica docente es mínima por cuanto son dictados de manera contextualizada sin lograr modificar la misma, pues sus destinatarios difícilmente llegan a incorporar en su repertorio pedagógico nuevas estrategias o comportamientos, aun cuando hayan sido diseñados y desarrollados de manera adecuada. Ahora bien, para Fernández (2012) en la formación de docentes operan sistemas complejos de configuraciones relativamente articuladas (pedagógicas, ideológicas, psicosociales), los cuales suelen ser comunes, compartidas, por cuanto constituyen el resultado colectivo de condiciones sociales de producción que, a su turno, producen efectos, también colectivos, pues condicionan las prácticas docentes. En esa línea de pensamiento, el Ministerio del Poder Popular para la Educación (2006:4) en su portal oficial especifica los programas y políticas de formación expresando: La formación docente establece la conformación de equipos a nivel zonal, distrital, municipal y local, articulados en redes intra e intersectoriales. Sus funciones son de carácter técnico pedagógico y sus integrantes pueden ser representantes de cada nivel y modalidad del Sistema Educativo y de las organizaciones educativas. La planificación de Formación Permanente se deriva de las necesidades detectadas, acorde 189 Arbitrado continuamente exige reflexión, toma de decisiones, es decir, es una actitud